martes, 6 de octubre de 2009

Caminando hacia la luz infinita, vislumbras los colores del arco iris, que con flores, auroras, semillas, sensaciones, anhelos, hacen vibrar tu corazón.

Feng Shui
Aventurarse a escribir un artículo sobre este tema, es todo un reto. Hay tanta y tanta información, de donde rebuscar y conseguir datos, herramientas, señales.
Pero hoy quiero ir un poco más allá. Es muy probable que hayas caído en este artículo de una forma casual, y no quisiera que salieses de él sin un poquito de otra cosa, algo que no sea meramente información. De eso está lleno el ciberespacio.
Ahora no, que no podrías leer, creo, a no ser que tengas un lector automático, pero tras revisar estas líneas, cierra los ojos, diluye tus pensamientos, deja que se acomoden, y fluye.
Sí, esta palabra, "fluye", está muy de moda también. Pero es que resulta, que en Feng Shui, es imprescindible hacerlo. Si no, de qué vamos a conseguir armonía, equilibrio, bienestar.
La vida Feng Shui. Si ahí está dicho todo. Pero no es tan fácil. Y tampoco difícil.
Verás. Mente despierta. Flexibilidad. Apertura. Literal, "viento que mueve las aguas". Acción, sensación, movimiento y por otro lado, emoción, sentimiento, vibración.
Cuando se desarrolla una consulta, estudio, taller, para practicar o implantar Feng Shui, lo más importante, lo más Feng Shui, eres tú.
De poco o nada sirve, el más maravilloso trabajo, hecho con toda el tesón, conocimiento y preparación del consultor (eso ni dudarlo), pero si el receptor, el que habita, vive, trabaja el espacio, no entra en sintonía, no pasará de ser una decoración armoniosa.
Una sugerencia, (los consejos con dinero, decía mi madre), atrévete a sumergirte en las aguas y dejarte balancear por el viento. Demasiado bucólico? Tienes todo de tu parte. Ya te has interesado por esta maravillosa y milenaria filosofía, el siguiente paso es creer en ella. Y para ello, te aseguro, lo mejor es impregnarte de su esencia.
Por hoy te dejo con este pincelada, disfruta de tu viaje, y te recuerdo lo anteriormente dicho:

... cierra los ojos, diluye tus pensamientos, deja que se acomoden, y fluye... 

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